21 febrero, 2009

El Señor de Sipán


En el año 1987 se realizo la recuperación científico-histórica de los recintos arqueológicos más importantes en el Perú. Estos pertenecieron al Señor Mochica que gobernó el expectacular valle costeño de Lambayeque ubicado en el norte del Perú en el departamento del mismo nombre. Este administrador de la cultura habría gobernado el valle entre los siglos II y III de nuestra era, y que tras el descubrimiento de sus restos ha sido conocido como el "Señor de Sipán". Los esfuerzos por recuperar y restaurar los valiosos recintos y las principales cámaras funerarias fueron promovidos por el arqueólogo e investigador Walter Alva Alva, quien es un sigiloso vigilante de estas ruinas desde su descubrimiento y es aquel que se ha encargado de dirigir el museo "Tumbas Reales de Sipán" donde se encuentran las principales piezas y descubirmientos a fin de conservarlos como un gran patrimonio cultural. Los restos del Señor de Sipán han recorrido todo el mundo por ser uno de las vestigios humanos mas cuidados y mas deslumbrantes por la calidad de los ornamentos que lo acompañaban en su sepultura.
El Señor de Sipán fue un rey de la cultura Mochica. Su fabulosa tumba fue descubierta en 1987 en la región Lambayeque. Su antigüedad es de 1600 años.

Las Tumbas del Señor de Sipán



Dentro de la tumba del Señor de Sipán, se encontraron diferentes objetos de orfebrería colocados estratégicamente y con sumo cuidado para cuidar el sagrado ritual. Se hallaron ornamentos que fueron colocados debajo del cráneo; protegidos por piezas de oro laminadas que cubría el mentón. Estas fueron confeccionadas para cubrir el cuello en su parte superior, el mentón y las mejillas dejando una soltura para la nariz. Además contaban con algunos relieves para la colocar la boca y los pliegues faciales. Por su difícil uso se cree que eran confeccionados solo para los procesos póstumos y no para el uso en la vida cotidiana. Junto a estos ornamentos se encontraron dos orejeras con figuras de venados. Las figuras estaban trabajadas finamente en turquesas y en oro, y decoradas con un borde de 38 esferas de oro delicada y perfectamente soldadas. También se encontró, al pie del cubre mentón, dos narigueras de oro ligeramente convexa en forma de luna creciente que completaban la majestuosidad de los hallazgos.
El recinto estaba cubierto con tablones de madera que con el tiempo acumularon una gran cantidad de polvo tierra bajo ellos. Debajo de estos tablones se encontraron 29 cerámicos Mochicas dispuestos cuidadosamente junto al cuerpo del señor de Sipán. Estos con el tiempo y el peso ejercido por las maderas y la tierra acumulada durante cientos de años, se fueron fragmentando por la presión. Dentro de ellos se encontraron evidencias de restos orgánicos y bebidas que se cree fueron colocadas como ofrendadas. Los sarcófagos estaban cubiertos por tres tapas de madera unidas por cintas metálicas de 3 cm. de grosor, hechas a base de cobre que formaban amarras en cuatro puntos alineados; indicio de una excelente técnica de carpintería y metalurgia.
Bajo las tablas de madera del sarcófago principal, se halló una figura humana con los brazos extendidos en forma de ángulos. Esta poseía un par pectorales finamente trabajados y que se encontraban superpuestos sin una separación visible. Bajo estos se encontraron, sobre el pecho, 16 discos gruesos de oro ligeramente convexos y con dos agujeros, uno en cada lado del disco, que con el uso de algún tipo de hilo o filamento podría integraban un impresionante collar de un peso total de 407 gramos. Además se encontraron dos tipos de cuchillas, una en cada mano, denominadas como “Tumis”; uno era de oro y estaba en la mano derecha y el otro era de plata y se encontraba en la mano izquierda. También se hallaron cuatro osamentas que acompañaban al cadáver principal del señor de Sipán. Estos poseían ataúdes originales de caña, pero este material con le paso del tiempo se desintegro por lo que no hay restos de los mismos en la actualidad. Entre las osamentas se encontraba la de una mujer de unos 20 años que usaba un pectoral de conchas de abanico en el pecho, al igual que los guerreros quienes utilizaban esta misma pieza de orfebrería y que es una de las más conocidas en el museo ubicado en Lambayeque: Museo Tumbas Reales de Sipán.

Conclusiones

· El hallazgo de las Tumbas Reales de Sipán, es quizá uno de los más importantes que se han realizado en la historia de la arqueología peruana.
· La cantidad de información recabada de su contexto intacto, así como la impactante fastuosidad de sus ofrendas hacen del Señor de Sipán uno de los descubrimientos más valiosos e interesantes para cualquier interesado en el pasado prehispánico.